martes, 10 de abril de 2012

Felices Pascuas de Resurrección

Si eres bautizado, cuando niño, tus padrinos realizaron por tí la renuncia al mal y al demonio....Recordemos las promesas hechas. Y, si somos bautizados, y renunciamos, seguramente el lugar donde estemos será mejor....Y así sí podrá haber  ¡Felices Pascuas para todos!


LAS PROMESAS DEL BAUTISMO

Así pues, ¿renunciáis a Satanás, esto es:
al pecado como negación de Dios;
al mal como signo del pecado en el mundo;
al error, como ofuscación de la verdad;
a la violencia, como contraria a la caridad,
al egoísmo como falta de testimonio del amor?

Sí, renunciamos.

¿Renunciáis a sus obras, que son:
vuestras envidias y odios;
vuestras perezas e indiferencias;
vuestras cobardías y complejos;
vuestras tristezas y desconfianzas;
vuestras injusticias y favoritismos;
vuestras faltas de fe, de esperanza y de caridad?

Sí, renunciamos.

¿Renunciáis a todas vuestras seducciones, como pueden ser:
creeros los mejores, únicos y poseedores de la verdad,
creeros que ya estáis convertidos del todo,
y perderos en las cosas
(medios, instituciones, reglamentos)
en lugar de ir a Dios?

Sí, renunciamos.
COMUNIDAD DE LA RESURRECCIÓN

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¿Estáis dispuestos a renunciar a los criterios y comportamientos materialistas?

Sí, renunciamos.
Renunciamos a considerar el dinero como un valor absoluto y el placer como la aspiración suprema de la vida.
Y nos comprometemos a vivir responsablemente, apreciando la amistad, la familia, el amor y todos los verdaderos valores de la humanidad.

¿Estáis dispuestos a renunciar al individualismo, al egoísmo y a la falta de amor?

Sí, renunciamos.
Renunciamos a anteponer nuestros intereses personales por encima del bien común.
Y nos comprometemos a poner todos los medios a nuestro alcance para satisfacer las necesidades de los demás.

¿Estáis dispuestos a renunciar a la soberbia y a cualquier tipo de abuso y discriminación de los demás?

Sí, renunciamos.
Renunciamos a creernos superiores y a querer aparentar más de lo que somos.
Y nos comprometemos a ser sencillos y sinceros, a reconocer los valores de los demás, a comprenderlos y respetarlos.

¿Estáis dispuestos a renunciar a la pasividad y cobardía ante las injusticias que sufren los demás?

Sí, renunciamos.
Renunciamos a las conveniencias personales o a  cualquier compromiso partidista, que nos impidan denunciar y actuar frente a las situaciones que consideremos injustas.
Y nos comprometemos a ser justos en nuestro ámbito propio de responsabilidad y a luchar contra toda injusticia lejana o cercana.


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